== Libido Sex Boutique es una sex shop enfrente del Metrobús Durango, en CDMX. ==
Cuando me entró curiosidad por las sex shops con cabinas, ahí es donde fui a dar. En parte por conveniencia (me quedaba más o menos de paso un día que estaba vagando por el centro) y en parte porque me encontré un blog que la mencionaba de forma muy atractiva.
La mecánica es muy simple. Llegas a la sex shop, y entrando, cuando te saludan los empleados (muy atentos, por cierto) preguntas por las cabinas, y entonces te explican:
La entrada cuesta $60 por persona (la última vez que fui, en 2017), por tiempo libre, hasta que cierren.
Eliges una película/video porno de los que están en los estantes del fondo del área de tienda.
Le das el disco elegido al empleado, que lo coloca en un reproductor y te asigna cabina.
Las cabinas son cuartos bastante pequeños, con una tele de pantalla plana, de unas 40" en la pared, un sillón doble (se ven gastados, pero están cómodos), el control remoto para la tele, un espejo, un par de ganchos en las paredes, rollo de papel higiénico, y un bote de basura. Importante mencionar que la puerta tiene seguro.
Ya dentro de la cabina puedes hacer lo que quieras: ver el video y ya, jalártela mientras lo ves, coger con quien te acompañe al lugar, o dejar la puerta abierta mientras haces lo que gustes, a ver si alguien llega. Cabe mencionar que en las 4 o 5 veces que he ido, no vi una sola mujer, mas sí vi a un par de hombres con la puerta abierta y jalándosela, esperando alguien que les ayudara.
Por mi parte me limité a jalármela viendo los videos (con el volumen a tope, por supuesto) y tomar refresco y comer alguna golosina.
Siendo mi primera experiencia, no me cayó mal, pero sí me predispuso a esperar cosas similares en otras cabinas, lo cual no he logrado.
Cuando me entró curiosidad por las sex shops con cabinas, ahí es donde fui a dar. En parte por conveniencia (me quedaba más o menos de paso un día que estaba vagando por el centro) y en parte porque me encontré un blog que la mencionaba de forma muy atractiva.
La mecánica es muy simple. Llegas a la sex shop, y entrando, cuando te saludan los empleados (muy atentos, por cierto) preguntas por las cabinas, y entonces te explican:
La entrada cuesta $60 por persona (la última vez que fui, en 2017), por tiempo libre, hasta que cierren.
Eliges una película/video porno de los que están en los estantes del fondo del área de tienda.
Le das el disco elegido al empleado, que lo coloca en un reproductor y te asigna cabina.
Las cabinas son cuartos bastante pequeños, con una tele de pantalla plana, de unas 40" en la pared, un sillón doble (se ven gastados, pero están cómodos), el control remoto para la tele, un espejo, un par de ganchos en las paredes, rollo de papel higiénico, y un bote de basura. Importante mencionar que la puerta tiene seguro.
Ya dentro de la cabina puedes hacer lo que quieras: ver el video y ya, jalártela mientras lo ves, coger con quien te acompañe al lugar, o dejar la puerta abierta mientras haces lo que gustes, a ver si alguien llega. Cabe mencionar que en las 4 o 5 veces que he ido, no vi una sola mujer, mas sí vi a un par de hombres con la puerta abierta y jalándosela, esperando alguien que les ayudara.
Por mi parte me limité a jalármela viendo los videos (con el volumen a tope, por supuesto) y tomar refresco y comer alguna golosina.
Siendo mi primera experiencia, no me cayó mal, pero sí me predispuso a esperar cosas similares en otras cabinas, lo cual no he logrado.
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