Intro:
Ésta es mi experiencia pasada y algo antigua en las cabinas de distintas sucursales de Erotika en Eje Central (por Meave y la Plaza de la Tecnología) y la Zona Rosa. Así como otras sex shops en la misma Zona Rosa.
Ya tiene un par de años que fui a dichos lugares, por lo que las condiciones actuales pueden diferir.
Las cabinas de CDMX.
Después de mi experiencia en Líbido (véase mi publicación anterior) me dio cada vez más curiosidad por visitar otras cabinas.
Entonces, buscando igual que cuando fui a dar a Libido (google) llegué a las cabinas del Erotika de Eje Central junto a Meave. Ya había ido alguna vez a la tienda a comprarle un vibrador a una amiga pero ni había hecho caso de las cabinas. Esta vez llegué listo, hasta con mochila y todo (venía de comprar cosas en el centro) y mi sorpresa fue muy grande cuando descubrí que las cabinas eran casi del tamaño de una cabina de teléfono, con apenas un banquito tipo silla de bar (incómodo alv), una tele mostrando porno (detrás de un acrílico) con dos botones de maquinita de videojuegos para cambiar de canal, y un glory hole. El piso estaba realmente asqueroso (pegajoso, con algún condón tirado en la esquina), la puerta apenas cerraba, y en fin, no me pude ni acomodar. Me fui en seguida.
Pensando que la cosa no podía estar así en todas partes me lancé un día a la Zona Rosa, específicamente pensando en dar la vuelta por cuanta cabina pudiera. En la mayoría pasaba lo mismo, lugar sucio, algunas sí tenían un asiento decente, pero si había gente (puro hombre) intentaban abrir la puerta aunque le pusieras el pasador, les dijeras que estaba ocupado, etc. Es decir, no dejaban de chingar.
Finalmente, un día iba pasando por el metro Chilpancingo y me topé con un Erotika que no me esperaba. Era la sucursal más pequeña que había visto (hasta la fecha) pero tenía la típica cortina con el letrero de CABINAS y dije VA. Entrando, el señor del mostrador me recogió la mochila y me dijo que él cerraba a las 9. Tiempo libre. Entrando, sólo había un vato jalándosela en una cabina abierta, con glory hole abierto, otro vato rondando los pasillos, y después de un rato otro wey, muy mamado, también rondando. Intenté entretenerme en una de las cabinas, pero no servían los botones de canal, ni se escuchaba nada. Además, el asiento (butaca de cine MUY gastada) no estaba nada cómodo.
Conclusión:
Después de eso, quedé bastante decepcionado de las cabinas, y me limité a volver a Líbido un par de veces, pero hasta ahí me comencé a aburrir porque siempre era lo mismo.
Tuvo que pasar algún tiempo para que me animara a buscar de nuevo...
Ésta es mi experiencia pasada y algo antigua en las cabinas de distintas sucursales de Erotika en Eje Central (por Meave y la Plaza de la Tecnología) y la Zona Rosa. Así como otras sex shops en la misma Zona Rosa.
Ya tiene un par de años que fui a dichos lugares, por lo que las condiciones actuales pueden diferir.
Las cabinas de CDMX.
Después de mi experiencia en Líbido (véase mi publicación anterior) me dio cada vez más curiosidad por visitar otras cabinas.
Entonces, buscando igual que cuando fui a dar a Libido (google) llegué a las cabinas del Erotika de Eje Central junto a Meave. Ya había ido alguna vez a la tienda a comprarle un vibrador a una amiga pero ni había hecho caso de las cabinas. Esta vez llegué listo, hasta con mochila y todo (venía de comprar cosas en el centro) y mi sorpresa fue muy grande cuando descubrí que las cabinas eran casi del tamaño de una cabina de teléfono, con apenas un banquito tipo silla de bar (incómodo alv), una tele mostrando porno (detrás de un acrílico) con dos botones de maquinita de videojuegos para cambiar de canal, y un glory hole. El piso estaba realmente asqueroso (pegajoso, con algún condón tirado en la esquina), la puerta apenas cerraba, y en fin, no me pude ni acomodar. Me fui en seguida.
Pensando que la cosa no podía estar así en todas partes me lancé un día a la Zona Rosa, específicamente pensando en dar la vuelta por cuanta cabina pudiera. En la mayoría pasaba lo mismo, lugar sucio, algunas sí tenían un asiento decente, pero si había gente (puro hombre) intentaban abrir la puerta aunque le pusieras el pasador, les dijeras que estaba ocupado, etc. Es decir, no dejaban de chingar.
Finalmente, un día iba pasando por el metro Chilpancingo y me topé con un Erotika que no me esperaba. Era la sucursal más pequeña que había visto (hasta la fecha) pero tenía la típica cortina con el letrero de CABINAS y dije VA. Entrando, el señor del mostrador me recogió la mochila y me dijo que él cerraba a las 9. Tiempo libre. Entrando, sólo había un vato jalándosela en una cabina abierta, con glory hole abierto, otro vato rondando los pasillos, y después de un rato otro wey, muy mamado, también rondando. Intenté entretenerme en una de las cabinas, pero no servían los botones de canal, ni se escuchaba nada. Además, el asiento (butaca de cine MUY gastada) no estaba nada cómodo.
Conclusión:
Después de eso, quedé bastante decepcionado de las cabinas, y me limité a volver a Líbido un par de veces, pero hasta ahí me comencé a aburrir porque siempre era lo mismo.
Tuvo que pasar algún tiempo para que me animara a buscar de nuevo...
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